Osho
decía: “La vida en su totalidad es una gran broma cósmica; no es algo serio,
tómala seriamente y la perderás. Compréndela únicamente a través de la risa”.
Realmente, todos hemos escuchado alguna vez que la risa es un remedio
infalible. Algunos creemos que es cierto, otros lo dudan. Numerosos estudios
psicológicos demuestran que la risoterapia, además de ser una de las terapias
más efectivas que existen para diferentes tipos de dolencias, es divertida.
Científicamente
se ha comprobado que la risa conocida como “desternillante”, la verdadera, aporta
múltiples beneficios: rejuvenece, elimina el estrés, tensiones, ansiedad,
depresión, colesterol, adelgaza, dolores, insomnio, problemas cardiovasculares,
respiratorios, cualquier enfermedad obtiene mejoría con una buena dosis de risa
diaria. Además, nos aporta aceptación, comprensión, alegría, relajación,
despierta nuestros sentidos, ayuda a transformar nuestro rumbo en la vida y el
establecimiento de metas.
Diferentes
corrientes filosóficas conocen desde hace siglos la importancia de la risa y el
sentido del humor, y lo promueven de manera práctica.
Hace más de cuatro mil años en el antiguo imperio chino, había unos templos
donde las personas se reunían para reír con la finalidad de equilibrar la
salud. En la India
también se encuentran templos sagrados donde se puede practicar la risa.
Sigmund
Freud atribuyó a las carcajadas el poder de liberar al organismo de energía
negativa, algo que ha sido científicamente demostrado al descubrir que el
córtex cerebral libera impulsos eléctricos negativos un segundo después de
comenzar a reír; y es que la risa tiene su ubicación física en nuestro cerebro:
se encuentra en el cortex prefontal y es exclusiva de los humanos, pues los
cerebros de los otros animales no la desarrollan.